miércoles, mayo 30, 2007

Pasó la tormenta...

Porque hay mucha gente que merece la pena, porque tengo la gran fortuna de contar a mis grandes amigos con más de los dedos de una mano. Porque a pesar de no estar convencida de lo que puede ser este mundo virtual, he conocido a personas entrañables, todos vosotros, así que me prohíbo lanzar una queja más…


Es increíble lo que vuestros comentarios pueden aliviar el corazón. Aún estando lejos os siento cerca

Gracias por todo, espero que no os sorprenda si os digo que ya ESTOY BIEN!!!!

Ha sido una paradita en el camino, de las que necesito para aprender más acerca de mi misma. De las que me ofrecen la posibilidad de ver más allá de los propios sentimientos.

Vuestras palabras no sólo han sido alentadoras, sino muy enriquecedoras- (Mariu, aún no me he comprado el vestido rojo, pero de la semana que viene no pasa…)

Lo mejor, no ha sido "que ya pasara", sino el descubrimiento de algo tan importante que me ayudará en todas mis relaciones futuras.

He dado un viajecito por mi pasado, de esos que te remueven pero que te muestran algo más que no sabías, y te hacen decidir nuevamente a qué parte del mundo quieres pertenecer, te hacen reafirmar tus principios.


Qué interesante es la vida cuando trae al presente regalos envueltos en tristeza para que los desembales y descubras que dentro está la alegría que causa la superación de los obstáculos, el sentimiento orgulloso de “ahora soy mejor que antes”…


Os dejo estas flores, que son mis mejores deseos para todos. Sé que cada cuál tiene sus historias, sé de vuestras tristezas y sin embargo, me habéis dedicado parte de vuestro tiempo. Qué puedo deciros sino QUE SOIS LOS MEJORES!!!



domingo, mayo 27, 2007


Tres frentes abiertos, tres decisiones importantes al unísono.
Todas conectadas en un mismo punto, centro de la batalla que nuevamente acontece mi vida

Una emoción, la rabia contenida por la experiencia que razona y la viste de paciencia. La queja del corazón que nuevamente llora su dolor.



Hace unos días anoté esto en mi cuaderno y lo dejé estar..

Hoy me despertó mi amigo y cómplice el sol, quién sabe como acariciar mi piel mientras me ayuda a recolocar las ideas en la cuna de una vida.



Desde mi origen y durante mi infancia, nada transcurrió con estabilidad por más de un día. Las continuas sorpresas gratas e ingratas, me brindaron la fortuna de un rudo entrenamiento para adaptarme a todo cambio, que fui percibiendo cada vez con más conciencia y así aprendí a aprovechar cada segundo de mi vida como si del último se tratase.

Moderada por la edad, algo mayor y desgastada, asumo los cambios antes de que se produzcan, tomando decisiones con aparente y cierta facilidad.

Algunos me llaman valiente, otros preguntan: Y el miedo donde está? A lo que inmediatamente contesto: “Los llamados “valientes” tenemos tanto miedo como los cobardes, pero asumimos que existe y nos entrenamos cada día para poder pasar por él; El ser atrevidos, tampoco garantiza el existo y mucho menos la ausencia de dolor, pero sé que si no lo hago yo, lo hará la vida que a su antojo resolverá como bien le parezca, y esta vez no preguntará ni como ni cuando”

Bien, como ven no es el posible error ni el dolor que este cause lo que me preocupa… sino lo siguiente:

“Cuando alguien con el que tienes comunicación, aparente amistad y comprensión, desaparece de tu vida como por arte de magia, sencillamente porque decide no acercarse a lo desconocido. Personas que llegan a tu encuentro como desesperados, buscando respuestas, diálogo.. pero se regresan al lugar de partida llevándose un trozo de este corazón que aún ingenuo, queda sorprendido al sentir los nuevos zarpazos en las viejas cicatrices…”

De los tres frentes, es éste el que realmente me asusta y tambalea, éste el que hace que mi soledad se haga pesada. Este es el que me roba por unos días la ilusión que cada amanecer me regala.

Lo mejor: ESTO TAMBIÉN PASARÁ, como hoy día 27 de mayo de 2007, como este papel que ahora se termina, y como, por suerte para ustedes, esta lectura pesada que con esto se acaba…

domingo, mayo 13, 2007

PENSAMOS CON EL CORAZÓN?

Foto: Pedro M. Benítez Hidalgo

Hace tiempo algún amigo del extrafísico, coloquialmente duendecillo, me “sopló” una frase que me acompaña en las grandes decisiones de mi vida. Los que conocéis este blog, ya la habéis visto escrita, pero es hoy cuando voy a explicar el alcance que tiene para mi:

“No se olviden nunca de pensar y soñar.., pero sobre todo, no olviden pensar en lo que sueñan.., y sentir lo que piensan….”


Es difícil pasar a la determinación conciente, difícil decidirse, tradicionalmente, los autores entablaban una batalla entre razón y corazón, para mi el proceso es el siguiente:

Digamos que básicamente hay dos componentes fundamentales donde se origina el verdadero aprendizaje; la emoción y el razonamiento mental.

Toda emoción genera una acción exterior o movimiento interno, que las personas analíticas hacemos trascender a la mente para someterla a una fragmentación lo más lógica posible.

Mucha razón no es pura. Entendemos según patrones establecidos por la educación, presión social.. y es entonces cuando el corazón debe aflorar para que podamos discernir si realmente lo sentimos, si ciertamente, eso que pensamos o creemos como inalterable, lo es..

De este modo, poco a poco, en cada decisión, nuestras creencias van variando, cada vez más, para irnos acercando a nuestra verdadera esencia, fraguando valores propios… El filtro del corazón es la base imprescindible para este autoconocimiento.

Conforme van pasando los años, vemos como ciertos acontecimientos parecen repetirse, unos con más similitud que otros. Esto parece que ocurre para “modificar” en cierta medida aquella decisión por otra en el mismo sentido seguramente o no, pero con mayor amplitud de conocimientos, pues estamos mejor preparados, más cerca de nosotros mismos para seguir reafirmando, o en su caso cambiar, el sentido de nuestra vida.

Todo lo aprendido lo llevo en mi corazón clavado en forma de sentimiento.

Estos, son los senderos que vamos trazando, cuando caminamos por la vida, pensando con el corazón.