Conocerse
En ocasiones sentimos una incomodidad al ver nuestros propios pensamientos escritos. No sé si os ha ocurrido alguna vez, releer un escrito y daros cuenta, o bien, de lo lejos que estabais del verdadero sentimiento y que cerca de la emoción, o descubrís un acierto indiscutible... con el que tampoco os identificáis demasiadoHay textos escritos por vuestro propio autor que nacen de vuestra parte más madura e intuitiva.. y otros corresponden más con los anclajes del pasado, esas sensaciones que, lejos de la realidad del presente, se apoderan del hoy... y nos arrastran hacia tempestades irracionales que provocan un malestar y un vacío insaciable.Cuando hablamos de madurar, unas veces lo sentimos como la facultad del aprendizaje en el crecimiento, lo que nos provoca cierta satisfacción y otras, lo relacionamos como la carga pesada por la cual perdemos la “ilusión” o mejor dicho la “esperanza” para soportar de algún modo el proceso de la espera, ese proceso con el que sin duda, vamos adquiriendo la famosa Templanza (Conjunción de Sabiduría y Paciencia)El por qué podemos transitar de un lugar a otro, esto es, la causa de por qué a veces nos sentimos felices con nuestro crecimiento y otras “desolados”,... por qué unas veces encontramos cualquier motivación... y otras... ni el mejor compañero del mundo puedo ayudarnos... es porque realmente, si no existiesen esos procesos alternativos, no estaríamos aprendiendo la Sabiduría y la Paciencia.... Se me viene a la cabeza ese refrán tan nuestro, de la La paciencia es la madre de la ciencia.... El conocimiento... sin paciencia no se dá... por lo que vamos alternando estados de “euforia”, actividad (experimentamos... conocemos...) con periodos de “tranquilidad” (aunque obligada en muchas ocasiones) para poder ir “asentando” y asimilando en la magnitud de este tiempo.. el espacio que vamos recorriendo..
3 Comments:
Como sigas así, te voy a ver en los premios Principe de Asturias....
Gracias por tus reflexiones, me han encantado
5:58 PM
Sobre esto me gustaría comentarte el hecho del crecimiento de los hijos. Los niños siempre crecen en verano. Durante el año juegan, estudian, van a clase, reciben estímulos por todas partes y es luego, durante la vacaciones, cuando asimilan y crecen de un año para otro. No sé si opinarás igual.
En cuanto a lo del crecimiento personal, creo cada día más que realmente no crecemos, sino que nos vamos desaciendo de prejuicios y miedos y nos volvemos cada día más niños, más naturales. No es raro ver a personas mayores haciendo cosas indecorosas. Los viejos verdes, los lunáticos... ¿realmente se vuelven majaras?
...perdón, quise decir deshaciendo. Las prisas.
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